Valorización hidrotermal de residuos húmedos: de los lodos y algas a bioproductos sostenibles

En sectores como el tratamiento de aguas, la gestión de lodos o el cultivo de algas, uno de los grandes desafíos es encontrar un proceso eficiente que permita valorizar residuos húmedos. La elevada presencia de agua en estos materiales complica su aprovechamiento y, en muchos casos, terminan suponiendo un coste más que una oportunidad. Frente a esta dificultad, la búsqueda de soluciones tecnológicas capaces de convertir un pasivo en un recurso se ha convertido en una prioridad para muchas empresas.
Tecnología hidrotermal: una solución basada en agua, temperatura y presión
La tecnología hidrotermal se presenta como una alternativa sólida para superar el reto de valorizar residuos húmedos. El principio es sencillo: en lugar de eliminar el agua presente en los residuos, un proceso que suele ser costoso y poco eficiente, se aprovecha esa humedad como parte de la reacción.
El procedimiento consiste en someter los residuos a altas temperaturas (200–350 °C) y presiones elevadas dentro de un reactor. En estas condiciones, el agua facilitan la descomposición de la materia orgánica y la transforman en moléculas más simples y estables, evitando el uso de disolventes químicos. Durante el proceso se generan dos productos principales: bioaceites, con gran potencial como materia prima para combustibles sostenibles, y biocarbón, que puede emplearse tanto en usos energéticos como en aplicaciones agrícolas.
Lo que distingue a esta tecnología es su capacidad para trabajar directamente con materiales húmedos, como lodos de depuradora o algas, sin necesidad de un secado previo.
De residuo a recurso: ¿qué beneficios aporta la tecnología hidrotermal?
La tecnología hidrotermal permite reducir costes de gestión al transformar un problema en una fuente de energía o en un producto utilizable, al mismo tiempo que contribuye a disminuir la dependencia de recursos fósiles. En este sentido, se integra de manera natural en las estrategias de economía circular, donde la eficiencia y el reaprovechamiento de recursos son claves para mejorar la competitividad y la sostenibilidad de las empresas.
Caso de estudio: el proyecto europeo CAPTUS
Un ejemplo de aplicación real es el proyecto europeo de investigación CAPTUS – coordinado por CIRCE, en el que se emplea esta tecnología para valorizar algas cultivadas a partir de CO₂ capturado. El resultado de este proceso es la obtención de aceites que, una vez transformados, se convierten en combustibles sostenibles. Esta experiencia demuestra que la valorización hidrotermal no es solo un concepto de laboratorio, sino una solución viable con capacidad de integrarse en la industria y contribuir a los objetivos de descarbonización marcados en Europa.
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