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El sector textil teje su camino hacia la descarbonización

El 2,4% del PIB español y más 4% del empleo del país. Este es el balance, según el Consejo Intertextil Español (CIE), que dejó el año pasado el sector de la producción textil en nuestro país, lo que demuestra el gran potencial que tiene en términos económicos y sociales. Es por ello que, debido a su magnitud, este sector juega un papel relevante también en la consecución de los objetivos fijados en la Agenda 2030, entre los que se encuentra la descarbonización y la mejora de la eficiencia energética en los procesos productivos. De este modo, se mejora la competitividad a la vez que se reducen los impactos medioambientales. ¿Está preparado el sector para responder a esta transición?   

Los retos del sector textil

El sector textil español se enfrenta a la necesidad de una gran transformación. Un cambio que ya es exigido en el marco legal, donde la normativa medioambiental de la Unión Europea marca el ritmo de dicha transformación y que como consecuencia afecta a los tiempos en los que se tendrá que acometer la misma. Y también provocada por un cambio en la mentalidad de compra, ya que, en los últimos años, el consumidor se ha sensibilizado más con los impactos medioambientales y sociales de los productos que adquiere.   De este modo, poco a poco las empresas exploran nuevas estrategias energéticas para adaptarse a estos cambios. Sin embargo, muchas de las herramientas y tecnologías que están disponibles en el mercado deben adaptarse a cada uno de los procesos industriales de las plantas, siendo no siempre fácil elegir la estrategia idónea para maximizar la eficiencia energética y la competitividad. En este sentido, los centros tecnológicos se posicionan como socio estratégico a largo plazo de las industrias para acompañarles en la planificación e implementación de esta transformación con éxito.  Más si cabe en la situación actual, en la que el precio del gas natural y la electricidad se encuentra en máximos históricos.  Según el CIE, las empresas pagan, de media, un 72% más por el incremento de los costes energéticos. Esta asfixia se ve acentuada en las empresas de acabado textil y tintes, donde se demanda de gran cantidad de energía térmica.  

Soluciones energéticas colaborativas

Esta transformación del sector se apalanca sobre dos grandes ejes: la digitalización y la sostenibilidad. Soluciones tecnológicas como el ecodiseño, la trazabilidad sectorial a nivel nacional, así como la adopción de procesos productivos más limpios y eficientes, por ejemplo, en procesos complejos como el tintado, se erigen como vías efectivas para la implantación de modelos de economía circular.  Debido a la gran concentración de empresas del sector en la zona del levante español y la proximidad entre ellas, las acciones comunes y colaborativas en materia de energía se erigen como las soluciones más prometedoras. En este sentido, con la simbiosis industrial las empresas pueden utilizar de forma colaborativa fuentes residuales o valorizables de materias primas, haciendo un uso más eficiente de los recursos y, por tanto, mejorando su competitividad.  Pero la transición hacia lo sostenible también pasa por la incorporación de energías renovables en la industria. Por ello, grandes empresas del sector textil ya están buscando alternativas en las energías renovables apostando por la generación fotovoltaica, o por la incorporación de biocombustibles como el biometano o la biomasa. A largo plazo, el hidrógeno se presentará como una solución con muchas ventajas. Antes de ello, el primer paso será realizar un análisis tecno-económico de su incorporación en la industria para, en el futuro, poder tomar las mejores decisiones.  La aceleración de la innovación y el desarrollo de soluciones tecnológicas capaces de crear, modificar y mejorar procesos tendrán un gran peso en la mejora de competitividad del sector que ya empieza a tejer su camino hacia su descarbonización.

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