El laboratorio industrial de CIRCE: un entorno de pruebas donde validar tecnologías clave antes de dar el salto a planta

Este espacio de pruebas permite reproducir procesos con precisión, medir resultados y tomar decisiones basadas en datos contrastados. Ya sea para validar combustibles alternativos, reciclar materiales complejos, acompañar proyectos de biogás o analizar módulos fotovoltaicos, el objetivo es siempre el mismo: reducir incertidumbre antes de invertir.
Tecnología puntera al servicio de la industria
El laboratorio de CIRCE combina infraestructuras avanzadas y metodologías de validación que abarcan diferentes retos de la industria.
Una de sus capacidades más destacadas es el ensayo de procesos térmicos con gases renovables. Gracias a un horno flexible se pueden ensayar cambios de combustible como el hidrógeno, biogás o biometano alcanzando hasta 1300 ºC, así como probar nuevos materiales, cambiar condiciones de operación o realizar un retrofitting en base a las especificaciones de los hornos industriales. Con visión artificial y cámaras termográficas, se analiza en tiempo real la combustión y la transferencia de calor, permitiendo a las empresas anticipar cómo se comportará un proceso antes de realizar inversiones en planta.
En el ámbito del reciclado, CIRCE combina sistemas de clasificación inteligente de residuos basados en visión artificial, capaces de identificar materiales como plásticos, papel, residuos de aparatos eléctricos o de construcción, con tecnologías de valorización como la pirólisis por microondas y la solvólisis. Estas técnicas permiten recuperar compuestos valiosos a partir de residuos complejos, como plásticos complejos, composites o palas de aerogeneradores. La planta piloto Pyrowall permite escalar estos procesos hasta 60 kg/h para comprobar su viabilidad técnica y energética.
El laboratorio también trabaja con tecnologías de gasificación, que transforman residuos orgánicos en syngas para aplicaciones energéticas. Este gas puede revalorizarse aún más en un reactor flexible, buscando además la optimización del residuo carbonoso generado con nuevas aplicaciones en el sector agrícola o en la industria.
Además, CIRCE aplica procesos hidrotermales para valorizar residuos húmedos, como lodos, aguas residuales o algas. A través de altas temperaturas y presión en medio acuoso, se generan productos como bioaceites o biocarbón, que pueden tener uso energético o como productos con valor añadido.
En el área de biometanización, el laboratorio cuenta con 18 reactores de laboratorio y un reactor piloto de 5 litros con los que se simulan procesos reales de digestión. Se estudian combinaciones óptimas de residuos como purines o estiércol para maximizar la producción de biogás, facilitando el diseño de plantas viables técnica y económicamente, así como la composición del digestato en la salida del proceso en búsqueda de la mejor solución de economía circular.
Por último, el laboratorio dispone de una unidad móvil para análisis de módulos fotovoltaicos. Este laboratorio permite evaluar hasta 200 módulos al día sin detener la instalación, midiendo potencia, aislamiento y electroluminiscencia en condiciones controladas. Es especialmente útil para auditorías, repotenciación o mantenimiento técnico.
De la prueba al proyecto: acompañamiento estratégico para las empresas
Más allá de las tecnologías utilizadas, el valor del laboratorio industrial de CIRCE reside también en el apoyo que presta a las empresas a lo largo de todo el proceso de validación. Desde la caracterización de materiales hasta la simulación de procesos y el análisis técnico-económico, CIRCE colabora estrechamente con cada organización, actuando como socio tecnológico para poner a prueba ideas y convertirlas en soluciones viables, de forma rigurosa y adaptada a las necesidades reales de cada caso.
Este acompañamiento ya ha sido clave, por ejemplo, para empresas del sector petroquímico interesadas en valorizar residuos complejos mediante gasificación; compañías del ámbito agroganadero que buscaban optimizar la producción de biometano ajustando mezclas de purines y estiércoles; o empresas de reciclaje que necesitaban validar tecnologías de separación o tratamientos como la pirólisis antes de escalar su inversión.
En un contexto donde la sostenibilidad y la eficiencia son clave para la competitividad, disponer de un entorno de pruebas fiable permite reducir riesgos, optimizar inversiones y acelerar el paso de la idea al mercado. El laboratorio industrial de CIRCE se consolida en una infraestructura estratégica para transformar la innovación en soluciones industriales rentables, escalables y sostenibles.